Los Conjuros de Groa - Edda Mayor

LOS CONJUROS DE GROA
(Grógaldr)


Svípdag dijo:
1 « ¡Despierta, oh Groa, tan buena, despierta!
Al umbral de los muertos te llamo;
a tu Hijo, acuérdate, dicho dejaste
que al túmulo a verte acudiera.»
Groa dijo:
2 «¿Qué es lo que inquieta a mi único hijo?
¿ Qué mal pesar tienes tú,
que a tu madre recurres, que está bajo tierra
y el mundo dejó de los vivos?»
Svípdag dijo:
3 «Mala jugada, artera, me hizo
la mujer que a mi padre abrazó:
que vaya me dice a lugar imposible
en busca de Ménglod .»
Groa dijo:
4 «Es largo el viaje, largas las sendas,
largas las ansias de amor;
propósito es ese que, si es que lo logras,
Skuld así lo fijó .»
Svípdag dijo:
5 «¡Tus buenos conjuros cántame tú!
¡Socorre, madre, a tu hijo!
Muerte segura hallaré en mi camino,
muchacho tan joven que soy.»
Groa dijo:
6 «El primero te canto que mucho aprovecha
y que Rani a Rind le cantó:
Mal que te aceche a la espalda arroja
¡Adelante ve tú por ti mismo!
El segundo te canto, si falto de fuerzas ,
errante has de hacer camino:
Remedios de Urd por doquier te protejan,
si es que en aprieto te ves.
8 El tercero te canto, si en rápidas aguas
peligra tu vida:
Que Horn y Rud para el Hel se vayan,
siempre a tus pies se seque.
9 El cuarto te canto, si gente enemiga
camino a la horca te aguarda:
Que allá en tu favor se les vuelva la mente,
que hagan arreglo contigo.
10 El quinto te canto, si firmes cadenas
presos tus miembros tienen:
Conjuro te digo que libra tus brazos,
de tus piernas las trabas saltan, de tus pies las cadenas.
11 El sexto te canto, si topas del mar
tempestad cual nunca se viera;
Que el viento y las aguas entonces se calmen
y bien tu viaje prosigas.
12 El séptimo te canto, si en alta montaña
escarcha te viene y ventisca:
Que a tu carne, siniestro, no pase el frío
¡Téngase entero tu cuerpo!
13 El octavo te canto, si fuera la noche
te coge en oscuro camino:
¡Librete él de malos hechizos
que muerta cristiana te haga!
14 El noveno te canto, si en ciencia compites
con ogro el famoso y lancero:
Que el habla y saber te acudan al pecho
y siempre abundantes te asistan.
15 ¡Nunca a mal sitio tu marcha te lleve:
¡ Que nada tu empresa malogre:
Dentro en la roca, firme en la tierra,
mis conjuros a ti te canté.
16 Llévate, hijo, y guarda en tu pecho
las palabras que dijo tu madre,
pues toda ventura en tu vida tendrás
mientras mis dichos recuerdes.»

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